El nuevo esquema, establecido en el Acuerdo de Complementación Económica N° 35 (ACE-35), introduce cambios significativos en la manera en que los exportadores e importadores operan entre ambos mercados.
Entre las principales modificaciones se encuentra la posibilidad de autocertificar el origen de los productos, es decir, que las propias empresas podrán emitir la declaración jurada sin necesidad de recurrir a trámites externos, lo que reducirá tiempos y burocracia.
Otro aspecto central es la flexibilización de los requisitos de contenido regional, que permitirá incorporar más insumos de terceros países sin perder los beneficios arancelarios. Además, se establece un listado único y más claro de Requisitos Específicos de Origen, lo que aportará mayor previsibilidad a las operaciones.
Según especialistas en comercio exterior, estas medidas implican una “modernización necesaria” que acercará el acuerdo a estándares internacionales y tendrá un impacto positivo en la agilidad aduanera y en la reducción de costos para las empresas.
Con esta actualización, el MERCOSUR y Chile buscan dar un paso adelante en la integración económica regional, en un momento en que la competitividad y la eficiencia resultan claves para el crecimiento del comercio internacional.