El gobierno argentino oficializó una serie de cambios en las representaciones nacionales ante dos organismos binacionales clave: la Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP) y la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), ambos conformados junto a Uruguay para la gestión compartida de los recursos fluviales.
Mediante los decretos 405/2025 y 394/2025, publicados hoy en el Boletín Oficial, se aceptaron varias renuncias y se designaron nuevos representantes argentinos en ambas comisiones.
Cambios en la CARP
El embajador Rubén Eduardo Caro presentó su renuncia como presidente de la Delegación Argentina ante la CARP, siendo reemplazado por María Fernanda Fabré, quien en 2024 se desempeñó como directora nacional de Control de Puertos y Vías Navegables en la Secretaría de Transporte del Ministerio de Economía.
También fue aceptada la renuncia de César Speroni, hasta ahora delegado argentino ante dicho organismo. En su lugar fueron designados Juan Ignacio Elgart, Cristian Luis Rigueiro (ad honorem) y Ana Cristina Saino (ad honorem), esta última con rango de ministra plenipotenciaria de primera clase.
Renovaciones en la CARU
En la Comisión Administradora del Río Uruguay se formalizó la salida del embajador Roberto Alejandro Salafia como presidente de la delegación argentina, siendo reemplazado por Raúl Luis Montero, también con carácter ad honorem. Asimismo, se aceptó la renuncia de Nicolás Gastón Domingo como delegado, y se designó en su lugar a Francisco Mansanta y María Agustina Piñeiro, ambos con funciones ad honorem.
Las decisiones fueron avaladas por la Secretaría de Relaciones Exteriores del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, y se aclaró que las nuevas designaciones no implican erogaciones presupuestarias adicionales para el Estado.
Estos nombramientos marcan una nueva etapa en la política exterior argentina en lo que respecta a la gestión de los ríos compartidos con Uruguay, en un contexto en el que la cooperación bilateral adquiere especial relevancia para el desarrollo fluvial, la navegación, el cuidado del medio ambiente y el comercio regional.
Cabe destacar que en los próximos meses vencen los contratos de dragado y mantenimiento en ambas vías fluviales, lo que requerirá un análisis profundo de cara a eventuales licitaciones o renovaciones contractuales. Todo ello, además, en paralelo con el proceso licitatorio de la Vía Navegable Troncal (VNT), cuya convocatoria está prevista antes de fin de este año 2025.