Las obras de expansión de la Terminal Cuenca del Plata (TCP), una de las inversiones portuarias más importantes de Uruguay en los últimos años, enfrentan serios retrasos debido a un conflicto entre el consorcio constructor y la empresa administradora del proyecto. La situación ha derivado en la paralización de los trabajos, el envío al seguro de paro de 150 trabajadores y un arbitraje internacional.
El proyecto, fruto del acuerdo entre el gobierno uruguayo y la empresa belga Katoen Natie —propietaria del 80% de TCP— contempla una significativa ampliación de infraestructura portuaria. Para su ejecución, TCP contrató como administrador de la obra a la firma belga Jan de Nul, especializada en dragado y grandes proyectos de ingeniería marítima. A su vez, Jan de Nul subcontrató al consorcio MES, integrado por la portuguesa Mota-Engil y la uruguaya Stiler, para llevar a cabo los trabajos.
Sin embargo, el cronograma inicial de la obra se ha visto alterado por dificultades técnicas, entre ellas la aparición de suelos más duros de lo previsto, lo que provocó un enlentecimiento de las tareas. En este contexto, la empresa uruguaya Stiler resolvió no continuar con algunas de las tareas asumidas, envió a 150 trabajadores al seguro de desempleo y activó un procedimiento de arbitraje internacional contra Jan de Nul.
La controversia, que ha sido objeto de múltiples reuniones entre representantes del sector público, sindicatos y empresas privadas, aún no encuentra una solución definitiva.
Tras un período de mediación destinado a acercar posiciones, el pasado 20 de junio Katoen Natie-TCP envió una comunicación oficial —a la que accedió ComexLatam— dirigida al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, al Ministerio de Transporte y Obras Públicas, a la Administración Nacional de Puertos, al Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos (SUNCA), al consorcio MES y a Jan de Nul. En ella, TCP expresa su preocupación por los atrasos y reitera que está “siendo perjudicada ilegítimamente como resultado del diferendo comercial” entre MES y Jan de Nul.
La carta subraya que el conflicto “no tiene por qué determinar la paralización ni el enlentecimiento” de la obra, e insiste en que el contratista principal sigue siendo Jan de Nul, con quien TCP busca garantizar la continuidad de la ejecución del contrato, “tomando las medidas necesarias para garantizar que JDN cumpla con sus obligaciones en virtud del contrato”.
TCP manifiesta haber actuado de buena fe y afirma que, pese al conflicto —de carácter comercial— entre JDN y MES, existen numerosas tareas que podrían estar en marcha, como la instalación de pilotes —de los cuales solo se han colocado seis de los 150 previstos en la primera etapa—, trabajos de pavimentación y obras de drenaje. Según la empresa, “no existe razón alguna para que el proyecto esté frenado” ni para que los trabajadores se encuentren sin tareas.
En un tono firme, el documento sostiene que “el único responsable de que haya trabajadores en subsidio por desempleo es el consorcio, liderado por Stiler”, a quien acusa de no proponer soluciones para continuar con las labores que podrían ejecutarse.
Además, TCP denuncia que se están retirando materiales clave para la obra y que se ha iniciado una desmovilización de recursos, acciones que “perjudican aún más la situación” y que no son compartidas por la empresa. En ese sentido, la carta concluye con una intimación al consorcio para que retome de forma inmediata las tareas y reincorpore a los trabajadores afectados.
Finalmente, en la misiva TCP reitera su compromiso con la finalización del proyecto de expansión, destacando que “la obra se va a realizar” y que se están tomando todas las medidas necesarias para que se cumpla el contrato en tiempo y forma.