Durante la conmemoración del 20 de julio en Santa Marta, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, volvió a arremeter contra el sector minero, en particular contra las empresas que explotan y exportan carbón. El mandatario dejó claro que su gobierno busca restringir tanto las exportaciones como el uso industrial de este recurso, en línea con su política de transición energética.
«Ya no van a exportar mucho carbón porque eso mata a la humanidad», afirmó Petro, dirigiéndose directamente a las empresas transportadoras y productoras del mineral. En su discurso, también propuso reorientar la infraestructura actualmente utilizada para la industria carbonífera hacia el transporte de personas y productos agrícolas.
Petro pidió que el aeropuerto Bahía Portete pase a manos de la Nación y que la línea férrea entre Albania y Bahía Portete vuelva a ser usada por pasajeros, en lugar de destinarse exclusivamente al transporte de carbón. Además, sugirió reconvertir el muelle carbonero de la zona en un puerto para la exportación de alimentos como mango, yuca y arroz, con destino al Caribe.
La decisión del gobierno se alinea con la línea ideológica que Petro ha mantenido desde su campaña presidencial: una postura crítica hacia la industria minero-energética, sin nuevos contratos para exploración de gas o petróleo y con un enfoque en una transición energética “urgente”.
En los últimos días, el presidente también señaló públicamente a las multinacionales Glencore (Cerrejón) y Drummond por exportar carbón hacia Israel, alegando que ese mineral es utilizado para fabricar armas. Si bien esta acusación generó controversia, el foco de la discusión se ha centrado en los planes del Ejecutivo para restringir el mercado internacional del carbón colombiano.
La Asociación Colombiana de Minería (ACM) respondió a las declaraciones, defendiendo las operaciones de las empresas señaladas y recordando que el carbón colombiano es utilizado principalmente para la generación de energía eléctrica, incluso en zonas vulnerables como Gaza. También enfatizó que estas exportaciones están amparadas por contratos vigentes, avalados por decretos del propio gobierno.
Juan Camilo Nariño, presidente de la ACM, criticó duramente las afirmaciones del mandatario y advirtió que “las estigmatizaciones injustas ponen en riesgo la integridad de personas y comunidades que viven de la minería”.
Con esta nueva advertencia, el presidente Petro refuerza su mensaje de transformación del modelo económico colombiano y la necesidad de reducir la dependencia de los combustibles fósiles, aunque los gremios advierten sobre los impactos económicos y sociales de una transición no planificada.