La relación entre Brasil y Estados Unidos atraviesa una etapa crítica, con una escalada que amenaza con transformarse en un conflicto de mayores dimensiones. En el epicentro de esta crisis se encuentra la administración del presidente Donald Trump, que mantiene firme el arancel del 50% a productos brasileños y prepara nuevas sanciones que irán más allá del plano económico.
Según informó CNN, en los próximos días personas cercanas al presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y a la primera dama Janja perderán su visa para ingresar a EE.UU. Además, la Casa Blanca se apresta a aplicar la Ley Global Magnitsky sobre Responsabilidad de Derechos Humanos a integrantes del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil, en especial a los jueces que votaron por las condenas del exmandatario Jair Bolsonaro.
El analista internacional Lourival Sant’Anna reveló que el gobierno de Trump tiene un plan de acción de corto y mediano plazo contra el actual gobierno brasileño. Aunque por ahora Lula y Janja no se verán directamente afectados, sí lo harán figuras de alto nivel en el Palacio del Planalto, cuya visa también sería revocada.
La aplicación de la ley Magnitsky representa un giro contundente: los ministros del STF sancionados podrían enfrentar congelamiento de activos y restricciones financieras si mantienen vínculos económicos con instituciones estadounidenses. Además, empresas o instituciones que hagan negocios con ellos también serían objeto de sanciones.
Sant’Anna advirtió que, en una segunda fase, podría incluso producirse la expulsión del embajador brasileño en Washington, lo que elevaría el conflicto al plano político-diplomático. Este eventual paso encendería las alarmas no solo en Brasil, sino en toda la región.