Mato Grosso do Sul se encamina a superar los 70 mil millones de reales en inversiones en el sector de la celulosa hacia 2028, consolidando su papel como uno de los principales polos de esta industria en el mundo y ganándose el título de “Valle de la Celulosa”. El sector ya representa el 10,7 % del PIB estatal y generó 15.700 millones de reales en 2024, con un ritmo de expansión que lo convierte en una de las locomotoras de la economía regional.
La transformación del estado en un referente internacional de la celulosa se explica, en parte, por la notable expansión forestal registrada en la última década. La superficie de bosques plantados pasó de unas 300.000 hectáreas a 1,75 millones previstas para 2025, lo que representa un crecimiento de más del 500 %. Esta expansión se concentra en áreas de pastizales degradados, lo que refuerza el carácter sostenible del modelo productivo y evita conflictos con la producción de alimentos.
Actualmente se desarrollan seis megaproyectos que marcan el rumbo del sector. Entre ellos, el Proyecto Cerrado de Suzano en Ribas do Rio Pardo, con una inversión de 22.200 millones de reales y una capacidad productiva de 2,55 millones de toneladas anuales; el Proyecto Sucuriú de Arauco en Inocência, que movilizará 25.000 millones de reales y alcanzará hasta 3,5 millones de toneladas anuales a partir de 2027; y la nueva planta de pulpa disuelta de Bracell en Bataguassu, con una inversión de 16.000 millones de reales. A ellos se suma la anunciada expansión de Eldorado en Três Lagoas, que reforzará el liderazgo del estado en la industria.
La importancia estratégica de este crecimiento quedó reflejada en la inauguración del 7.º Congreso Forestal de Mato Grosso do Sul en Três Lagoas, que coincidió con la Feria Forestal 2025, donde participaron 163 expositores. En el acto de apertura, el secretario ejecutivo de la Secretaría de Medio Ambiente, Desarrollo, Ciencia, Tecnología e Innovación (Semadesc), Rogério Thomitão Beretta, destacó que la seguridad jurídica, los incentivos fiscales, la disponibilidad de tierras aptas y las inversiones en infraestructura constituyen un conjunto de factores que explican la magnitud del flujo de capital hacia el estado.
La infraestructura logística es otro de los pilares de esta expansión. Las concesiones de carreteras estratégicas, la modernización de aeropuertos y, sobre todo, el desarrollo de la Ruta Bioceánica —que conectará Brasil con Paraguay, Argentina y Chile hasta llegar al Pacífico— apuntalan a Mato Grosso do Sul no solo como un polo industrial de celulosa, sino también como un hub logístico para toda Sudamérica. Esto permitirá reducir costos de transporte y facilitar la inserción de la producción en mercados de Asia y América del Norte.
Los especialistas señalan que el avance de la celulosa en Mato Grosso do Sul no solo fortalece la economía local, sino que también posiciona a Brasil como un jugador aún más relevante en el comercio internacional de papel y derivados. Con una producción orientada tanto al mercado interno como a la exportación, el estado combina competitividad, sostenibilidad y capacidad de innovación en un sector que está transformando la matriz productiva de la región.
Con estos proyectos en marcha, Mato Grosso do Sul se prepara para una década en la que la celulosa no solo será una fuente de ingresos y empleo, sino también un eje estratégico para el desarrollo industrial, la diversificación económica y la proyección internacional del estado.