Barcelona anunció el cierre gradual de varias de sus terminales de cruceros en una decisión que marca un antes y un después en la gestión del turismo de gran escala en la ciudad. La medida, impulsada por el Ayuntamiento, busca disminuir la presión turística sobre los barrios más afectados y avanzar hacia un modelo urbano más sostenible.
Según las autoridades locales, el plan contempla la clausura de terminales ubicadas en las zonas más próximas al centro histórico, con el objetivo de reducir el tránsito de pasajeros y el impacto ambiental generado por la creciente llegada de megabuques. En los últimos años, la capital catalana se consolidó como uno de los principales puertos de cruceros del Mediterráneo, recibiendo millones de visitantes adicionales cada temporada.
El gobierno municipal explicó que la decisión responde a una demanda ciudadana sostenida y a estudios que evidencian los efectos del turismo masivo en la calidad del aire, la movilidad y la convivencia en los barrios portuarios. Las terminales restantes serán reorganizadas para operar con restricciones más estrictas y bajo nuevos estándares ambientales.
El sector turístico, por su parte, expresó preocupación por el impacto económico que podría generar el recorte de operaciones. Sin embargo, el Ayuntamiento afirmó que la medida busca equilibrar la actividad económica con la preservación del bienestar urbano, priorizando un turismo de menor impacto y mejor distribuido.
Con este anuncio, Barcelona se suma a una tendencia que varias ciudades europeas han adoptado en los últimos años, limitando la llegada de cruceros para contener los efectos del turismo masivo y avanzar hacia modelos más sostenibles.
Fuente: CNN en Español.