Wesley Batista, uno de los multimillonarios detrás de JBS —la mayor productora de carne del mundo—, advirtió que Estados Unidos no está generando suficiente carne para satisfacer su creciente demanda interna, lo que ha obligado al país a depender cada vez más de las importaciones.
Según publicó Valor Económico, Batista señaló que “EE. UU. enfrenta los precios de carne más altos de la historia y, por lo tanto, necesita importar cada vez más porque la producción doméstica no es suficiente para satisfacer la demanda”.
El precio promedio de media libra de carne molida alcanzó en agosto un récord de US$6,32, un 13% más que el año anterior, de acuerdo con el Departamento de Trabajo. A pesar de los aranceles implementados por el presidente Donald Trump el pasado 2 de abril, las importaciones de carne de res crecieron un 30% en el primer semestre del año, según datos del Departamento de Agricultura.
Las compras de carne brasileña aumentaron un 91% en ese periodo, antes de caer en agosto tras el incremento de los aranceles a los productos brasileños del 10% al 50%.
JBS, que cuenta con operaciones en EE. UU. que representan la mitad de sus ingresos de 77.000 millones de dólares en 2024, ha ampliado su presencia con nuevas plantas en el país. Batista explicó durante la Conferencia de Consumidores Rothschild, realizada en Londres, que el auge en el consumo de proteínas podría estar relacionado con los medicamentos para bajar de peso basados en GLP-1, como Ozempic o Mounjaro, que recomiendan dietas ricas en proteínas para preservar la masa muscular.
El interés por una alimentación con mayor contenido proteico también se refleja en una encuesta del Consejo Internacional de Información Alimentaria, que muestra que el 71% de los estadounidenses busca aumentar su ingesta de proteínas, frente al 59% en 2022.
Para Larissa Alvarez, analista de StoneX, el aumento de los precios se explica principalmente por la reducción del rebaño ganadero, “el más pequeño desde la década de 1950”, debido a las sequías que afectan al sureste del país.
A pesar de los desafíos, Batista aseguró que los aranceles no perjudican directamente a JBS, ya que la mayoría de la carne que comercializa en EE. UU. se produce localmente. “Los productos se están volviendo más caros en algunos mercados, pero la demanda sigue siendo muy fuerte, especialmente en Estados Unidos”, afirmó.
JBS, controlada por los hermanos Wesley y Joesley Batista, ha diversificado su negocio hacia nuevas líneas como huevos, pescado, comidas preparadas y proteínas vegetales. En junio, la empresa trasladó su cotización principal a la Bolsa de Nueva York, alcanzando una valoración de US$15.900 millones.
A pesar de los cuestionamientos por presunta deforestación en la Amazonia, la compañía sostiene que trabaja para eliminar la deforestación de sus cadenas de suministro y mejorar la eficiencia de la producción ganadera en todo el mundo.
El reciente informe de la Comisión EAT-Lancet, en tanto, recomienda reducir el consumo de carne roja a una vez por semana, recordando que los países de altos ingresos consumen varias veces más de lo aconsejado por una dieta sostenible.