Este miércoles 25 de junio, tal como estaba previsto, se llevó a cabo en la embajada de Uruguay en Buenos Aires una nueva reunión de la Mesa de Trabajo del Reglamento 7, que regula el “Régimen Único de Dimensiones Máximas de los Convoyes” en la Hidrovía Paraguay-Paraná. Del encuentro participaron las delegaciones oficiales de los cinco países miembros del acuerdo fluvial: Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay.
Aunque se esperaba que la reunión sirviera para dar luz verde a un período de pruebas de navegación, así como a un ensayo de cruce entre San Lorenzo (Argentina) y Nueva Palmira (Uruguay), las expectativas no se cumplieron. Tampoco se reconoció la validez de la simulación realizada en 2016 por el Centro de Investigación y Entrenamiento Marítimo Fluvial (CIEMF), y en su lugar se exigió una nueva simulación acreditada por la Asociación Internacional de Sociedades de Clasificación (IACS), con participación de todas las partes involucradas, incluyendo Prefectura Naval Argentina y prácticos argentinos.
Pese a la falta de resoluciones concretas, las delegaciones acordaron un plan de acción. De acuerdo al calendario establecido por el Comité Intergubernamental de la Hidrovía (CIH), el plazo para analizar el tema vence en agosto, por lo que la nueva simulación deberá realizarse durante el mes de julio. Si los resultados fueran positivos, se avanzaría con una prueba de navegación real y, eventualmente, con la aprobación del aumento de dimensiones para los convoyes fluviales.
Consultados por ComexLatam, diversos actores del sector coincidieron en que, si bien la falta de avances fue una decepción, el encuentro al menos permitió definir un camino a seguir. Aun así, persiste la preocupación por eventuales dilaciones que podrían seguir postergando modificaciones consideradas clave para la competitividad regional.
Paraguay, que depende fuertemente de la navegación fluvial para su comercio exterior, continúa siendo el país más firme en su impulso a los cambios en el Reglamento 7. En esta línea también se encuentran Bolivia y Brasil. Por su parte, Argentina mantiene una postura cautelosa, aduciendo preocupaciones de seguridad, y señalando que ya se han producido incidentes con convoyes de menor tamaño.
En el caso de Uruguay, que podría beneficiarse directamente de una mayor circulación fluvial en su puerto de Nueva Palmira, la actuación fue poco destacada. «Mantuvo una posición muy pasiva, cercana a la delegación argentina, y casi sin intervenir», relató a ComexLatam una fuente que participó de la reunión.
En suma, el proceso avanza con lentitud. Aunque hay voluntad de continuar el trabajo técnico y político, el futuro del Reglamento 7 —y con él, de la eficiencia logística en la Hidrovía— sigue dependiendo de consensos que, por ahora, se muestran frágiles y difíciles de alcanzar.