La ruta comercial Asia-Europa ahora concentra una cuarta parte del tonelaje total de portacontenedores del mundo, una cifra sin precedentes impulsada por la crisis del transporte marítimo en el Mar Rojo. Las tensiones en la región y el desvío obligado por el Cabo de Buena Esperanza han generado un notable aumento en la capacidad destinada a este corredor estratégico.
Según informó Splash 247, citando un nuevo estudio de la consultora Alphaliner, la participación de esta ruta en la flota mundial creció del 20,8 % en 2022 al 24,4 % en la actualidad. En dos años, se han sumado 2,26 millones de TEU adicionales a este trayecto, alcanzando un total de 7,8 millones de TEU, lo que convierte a Asia-Europa en la ruta más grande para la flota de línea regular.
El desvío por el Cabo de Buena Esperanza, que puede añadir entre 3.500 y 4.500 millas náuticas (6.500 a 8.300 km) al viaje, incrementa los tiempos de tránsito entre 10 y 14 días, según el puerto de origen y destino. Esta situación ha llevado a la mayoría de las navieras a mantener sus rutas alternativas, a pesar de señales de posible estabilización en el Mar Rojo.
Aunque el expresidente estadounidense Donald Trump aseguró recientemente que la crisis en la región “está llegando a su fin”, las principales navieras internacionales consideran que aún es prematuro volver a transitar por el Canal de Suez. Vincent Clerc, CEO de Maersk, calificó de “irresponsable” un eventual retorno basado en un alto el fuego incierto, alegando que la situación sigue siendo demasiado volátil.
La excepción ha sido la francesa CMA CGM, que planea reactivar en junio su servicio Med Express (MEDEX) a través del Canal de Suez, con respaldo de protección naval proporcionado por Francia.
A pesar del crecimiento sostenido de la ruta Asia-Europa, los mayores aumentos en capacidad durante el último año se observaron en los servicios hacia y desde Latinoamérica. La flota en estas rutas ya se equipara en tamaño con la que opera en el Medio Oriente y el subcontinente indio, según Alphaliner.