Fuente: Unión Europea- vía LinkedIn
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La Unión Europea (UE) publicó el pasado 22 de mayo de 2025 un nuevo sistema de evaluación comparativa (benchmarking) que clasifica a los países como de riesgo bajo, estándar o alto en materia de deforestación. La clasificación se basa en los datos comunicados por los países a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Según la publicación oficial, 4 países fueron considerados de alto riesgo: Rusia, Bielorrusia, Corea del Norte y Myanmar, todos ya sancionados previamente por la UE por motivos ajenos al medio ambiente. Otros 50 países fueron clasificados como de riesgo estándar y 140 como de bajo riesgo.
Para ser clasificado como país de bajo riesgo, se exige una tasa anual de deforestación inferior al 0,2% y una pérdida absoluta menor a 70.000 hectáreas por año. Este criterio penaliza a países con grandes extensiones territoriales, como Venezuela y México, que presentan tasas proporcionales bajas, pero superan el umbral absoluto de pérdida y por ello quedaron como riesgo estándar.
En el caso de Brasil, la tasa media anual de deforestación es de 0,24%, con variaciones significativas entre regiones. Estados del sudeste y sur del país tienen tasas por debajo del 0,2%, lo que ha generado críticas hacia la falta de un enfoque regionalizado en la evaluación.
Además, se identificaron diferencias metodológicas importantes entre los sistemas de monitoreo. Brasil utiliza el sistema PRODES, reconocido por su transparencia. En contraste, 69 países –muchos de ellos miembros de la UE– reportaron a la FAO que no tuvieron cambios en su cobertura forestal entre 2015 y 2020, lo que ha despertado cuestionamientos desde fuentes independientes como Global Forest Watch y el Joint Research Centre (JRC).
A partir de ahora, todos los operadores que exporten productos a la UE deberán verificar que no haya habido deforestación posterior a 2020 en las áreas de producción, que se cumpla la legislación local y deberán proporcionar la geolocalización precisa de dichas áreas.
La clasificación de riesgo tiene implicancias prácticas y económicas: los países considerados de riesgo estándar o alto deberán cumplir con evaluaciones adicionales, auditorías independientes anuales y están sujetos a mayores tasas de inspección aduanera: 9% para alto riesgo, 3% para estándar y 1% para bajo riesgo. Estos requerimientos implican mayores costos y posibles retrasos en las fronteras.
En este contexto, Brasil enfrenta el riesgo de perder competitividad frente a países clasificados como de bajo riesgo, como Ghana (cacao), Vietnam (café), India (carne y cuero) y Estados Unidos (cuero, carne y soja).
El nuevo escenario refuerza la urgencia de revisar y perfeccionar el sistema de evaluación de la Regulación de Deforestación de la UE (EUDR), con el fin de que reconozca los esfuerzos de conservación y las diferencias regionales dentro de países como Brasil, tal como lo permite la normativa vigente.