La pausa anunciada por los hutíes en sus ataques marítimos y el levantamiento temporal del bloqueo a puertos israelíes no bastan para que las principales compañías navieras vuelvan de inmediato a transitar por el Estrecho de Bab el-Mandeb y la ruta del Mar Rojo, según analistas del sector.
Las ofensivas de los hutíes —que en su momento provocaron la muerte de al menos nueve marineros y el hundimiento de cuatro buques— forzaron a gran parte del comercio a desviarse alrededor del Cabo de Buena Esperanza, impulsando la demanda de tonelaje y las tarifas en rutas alternativas. Aunque el nuevo jefe del servicio de gabinete de los hutíes comunicó una suspensión de las operaciones, advirtió que podrían reanudarlas si continúa el conflicto en Gaza.
Consultores del sector subrayan que una declaración verbal no es suficiente. Lars Jensen recordó que el grupo ya observó un alto el fuego a comienzos de año que se rompió cuando se reavivaron los combates en Gaza; por eso consideró prematuro interpretar la pausa como el regreso seguro de las navieras. Analistas del banco sueco SEB señalaron que la incertidumbre operativa persiste y que las navieras y las aseguradoras requieren garantías más sólidas para proteger tripulaciones, buques y carga.
Datos citados por fuentes del sector muestran un fuerte impacto en el tráfico: los arribos comerciales al Golfo de Adén están un 47% por debajo del mismo período de 2023, y los tránsitos por el Canal de Suez han caído un 53% frente a ese mismo lapso. Pese a ello, empresas especializadas en seguridad marítima como Ambrey han registrado un aumento modesto de tránsitos por Bab el-Mandeb en los últimos días; dos compañías griegas ya reiniciaron recorridos y algunas otras volvieron a emitir señales AIS.
El efecto sobre las tarifas también preocupa: Xeneta indica que las tasas spot desde el Lejano Oriente hacia Europa y la costa este de EE. UU. han caído más de 50% desde comienzos de año, y anticipa que podrían descender hasta un 25% adicional en 2026 si se produjera un retorno masivo a las rutas a través del Mar Rojo. Un regreso a gran escala exigiría, además, cambios de red significativos por parte de los grandes operadores y alianzas, un movimiento que las navieras no emprenderán sin certidumbre de seguridad a medio plazo.
En síntesis, aunque hay señales de reanudación puntual, el sector mantiene una postura cautelosa: la reapertura sostenida de la ruta del Mar Rojo dependerá de pruebas operativas y de la confianza de aseguradoras y operadores, por lo que el desvío alrededor del Cabo de Buena Esperanza continuará marcando las decisiones comerciales en el corto y mediano plazo.
Fuente: Splash247