El especialista en comercio internacional Federico Amador advirtió en LinkedIn sobre un reacomodo que ya comienza a golpear a la región: las principales navieras están retirando buques de las rutas transpacíficas, reduciendo la capacidad de transporte entre Asia y América y generando incertidumbre en exportadores e importadores.
Según Amador, en las últimas semanas los corredores Asia–América han sufrido una disminución estimada entre el 10 % y el 15 % de su capacidad total, lo que equivale a decenas de buques de gran porte que han dejado de operar. “Este ajuste ya está presionando a las cadenas logísticas, con riesgos de aumentos en tarifas y complicaciones para cargas sensibles como los perecederos”, señaló.
Entre las decisiones más recientes se destacan:
- MSC suspendió el servicio Pearl en agosto, recortando espacio directo Asia–Costa Oeste.
- Premier Alliance y Ocean Alliance registran los porcentajes más altos de blank sailings, con cerca del 25 % y 23 % respectivamente.
- Gemini Alliance reemplazó al menos seis buques de origen chino en rutas hacia Estados Unidos, equivalente a más de 60.000 TEUs reacomodados.
- ZIM y TS Lines también redujeron frecuencias en el transpacífico.
El impacto para Centroamérica ya es palpable. Puertos como Colón (Panamá), Puerto Quetzal (Guatemala) y Puerto Cortés (Honduras) registran menor regularidad de recaladas directas y dependen cada vez más de feeders regionales para conectarse con hubs de trasbordo. Esto podría derivar en mayores costos logísticos y en desafíos adicionales para los exportadores de productos frescos que dependen de contenedores refrigerados.
De acuerdo con Amador, a futuro países con puertos más eficientes podrían captar parte de la demanda desviada. Panamá y República Dominicana aparecen como candidatos naturales, aunque el desenlace dependerá de cómo evolucionen las estrategias de las alianzas navieras.