Irán ha puesto sobre la mesa una decisión que podría tener repercusiones globales: el cierre del estratégico Estrecho de Ormuz, tras el reciente ataque recibido por parte de Estados Unidos. El parlamento de Irán votó el cierre del estrecho. La medida representa un riesgo directo para Europa, altamente dependiente del tránsito energético que cruza esta ruta marítima.
Según información difundida por Euronews, el comandante de la Guardia Revolucionaria iraní, Sardar Esmail Kowsari, declaró que “el cierre del estrecho está siendo considerado, e Irán tomará la mejor decisión con determinación”. Kowsari, quien además es diputado, advirtió que la respuesta militar ha sido solo una parte de una reacción más amplia contra sus adversarios.
Entre las posibles acciones iraníes se incluyen ataques con misiles de corto y medio alcance a infraestructuras petroleras, oleoductos, buques comerciales y puertos clave del Golfo. También se mencionan ataques aéreos con drones Shahed y operaciones navales para bloquear físicamente el paso, así como la posibilidad de recurrir a ciberataques, como el perpetrado contra Arabia Saudí en 2012.
El Estrecho de Ormuz, por donde circula cerca del 20% del petróleo mundial, es esencial para el abastecimiento energético de Europa. Un bloqueo afectaría especialmente a las importaciones de crudo y gas natural licuado provenientes de Arabia Saudí, Qatar y Emiratos Árabes Unidos, elevando los precios globales del petróleo y generando posibles desabastecimientos en el continente.
Claude Moniquet, experto en seguridad y exfuncionario de inteligencia francés, señaló en entrevista con Euronews que el bloqueo del Estrecho sería solo una de las posibles represalias de Irán, junto con amenazas de actos terroristas en Europa continental. «Sería una catástrofe para Europa», advirtió.
El impacto no sería solo energético: un aumento brusco en los precios del petróleo podría generar inflación, afectar sectores clave como el transporte, la manufactura y la agricultura, e intensificar la volatilidad financiera. Además, se teme que una escalada militar involucre a fuerzas de la OTAN, con países como Francia o Reino Unido actuando debido a su presencia naval en la región.
Finalmente, el bloqueo también afectaría el transporte global de mercancías, encareciendo los seguros marítimos y afectando las cadenas de suministro europeas, con consecuencias económicas de gran alcance.