El plenario de la Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP), celebrado el pasado miércoles 23 de julio, estuvo marcado por un sorpresivo giro impulsado por la delegación argentina, que alteró el orden del día previsto para poner como primer punto la evaluación del desempeño de las secretarías técnica y administrativa.
La sesión, que tenía una agenda con varios temas binacionales urgentes, fue interrumpida, la representación argentina solicitó el retiro de los secretarios de la sala y presentó la moción de destituir al actual secretario técnico. La delegación uruguaya, como es habitual, acusó recibo del planteo y solicitó tiempo para analizar la propuesta antes de expedirse
El actual secretario técnico, Mauro Gorer, quien ya había ejercido dos mandatos consecutivos como secretario administrativo —el máximo permitido por estatuto—, fue trasladado a comienzos de 2024 a la Secretaría Técnica. En su lugar quedó Cecilia Morales, representante de Uruguay, quien permanece al frente de la Secretaría Administrativa.
La iniciativa de remoción proviene de la nueva conducción de la delegación argentina (Delar), encabezada desde junio por María Fernanda Fabré junto a los delegados Juan Ignacio Elgart, Cristian Luis Rigueiro y Ana Cristina Saino. Desde su asunción, han impulsado diversos cambios en la estructura interna, incluyendo la contratación de al menos cuatro abogados como asesores jurídicos. Según trascendidos, el pedido de remoción del funcionario venía gestándose desde semanas atrás y se oficializó con la modificación del orden del día en el último plenario.
Contrario a los procedimientos habituales —donde se continúa con la agenda establecida—, Delar sostuvo la necesidad de tratar este punto de inmediato y, tras la moción, suspendió la sesión y la pasó a un cuarto intermedio. Esta decisión dejó en suspenso todos los demás asuntos agendados, lo que causó molestia en la delegación uruguaya, que había llegado con la expectativa de abordar cuestiones urgentes.
Una fuente argentina consultada por Comexlatam expresó su desconcierto por la prioridad otorgada a la destitución: “No se entiende la importancia que da Argentina a sacar a un funcionario que tampoco es tan vital para dirimir los temas de la Comisión. Solo se puede pensar que ya tienen un candidato importante para ese puesto, pero aun así, es una locura esta decisión”.
Fuentes uruguayas, en tanto, confirmaron que la situación generó un ambiente de alta tensión entre las representaciones. En particular, Uruguay considera que hay temas de urgencia que no se pueden seguir postergando..
Entre ellos se destaca la Disposición 22/24 de Argentina, publicada en el Boletín Oficial hace unos meses, que incrementa el costo del peaje en más del 40% y modifica la clasificación de la sección Rada (km 37-57) de 1.1 a 1.2, provocando un alza de hasta el 100% en la tarifa de flete a los barcos con rumbo a los puertos del oeste uruguayo. Para Uruguay, esta modificación contradice lo establecido en las notas reversales y requiere tratamiento inmediato.
Otro punto crítico es la situación del dragado y mantenimiento del Canal Martín García, cuyo contrato actual vence a inicios de 2026. Uruguay insiste en comenzar ya las definiciones respecto a su continuidad o eventual licitación, en función de la futura resolución sobre la Vía Navegable Troncal (VNT), con la cual el canal está interconectado.
En torno a este tema, hay dos posturas: una propone extender el contrato vigente por al menos dos años, evitando grandes reformas y aguardando la definición sobre la VNT. Sus defensores señalan que es la vía más económica y eficiente para ambas partes. La otra alternativa propone una licitación de corto plazo, también por dos años sin, o con menos cambios estructurales, también bajo el argumento de que podría reducir costos actuales.
Ambas decisiones, clave para el comercio exterior argentino y uruguayo, permanecen sin resolución mientras el foco del debate se concentra en la posible remoción de un funcionario.
El futuro de la CARP y la agenda bilateral sigue en pausa, pendiente de una decisión política que, para muchos, ha desplazado los intereses técnicos y comerciales de los países involucrados.