Un petrolero identificado como MT Mersin, vinculado a la red de buques que opera fuera del control internacional para mover petróleo ruso, se hundió frente a las costas de Senegal después de emitir una señal de auxilio en pleno Atlántico.
Según el reporte de la tripulación, la embarcación comenzó a inclinarse tras la entrada de agua en la sala de máquinas. Las imágenes difundidas desde la zona muestran mar calmo y buena visibilidad, sin daños evidentes en el casco. Pese a que algunos medios locales mencionaron la posibilidad de un ataque con dron, no existe confirmación oficial y los tripulantes insisten en que se trató de una falla interna.
El gobierno senegalés activó un operativo de emergencia y envió embarcaciones para asistir y evaluar posibles fugas. Por ahora no hay información pública sobre un derrame, pero las autoridades reconocen que el riesgo es alto: un barco de estas características puede causar un impacto grave en la pesca, el turismo y los ecosistemas costeros del Atlántico africano.
El MT Mersin estaría relacionado con la llamada flota sombra, una red de navíos envejecidos y poco supervisados que transportan crudo sorteando sanciones internacionales. Su precariedad y la falta de controles han generado preocupación creciente entre expertos en seguridad marítima y medio ambiente.
Las causas del hundimiento siguen bajo investigación, pero el episodio reaviva el debate sobre los riesgos de un comercio paralelo que opera lejos de la regulación y deja a los océanos expuestos a accidentes potencialmente devastadores.
Fuente: Argentina Desigual